Heráclito: 2. "Forma y función son una unidad". Psicoterapia humanística y existencial



Heráclito: 2. "Forma y función son una unidad"

Psicoterapia humanística y existencial 

¿Para qué sirve la psicoterapia? 

Una vez:
Extraído el “mundo interior” y el “mundo exterior” del paciente (Novalis)[1] 
el buen “insuflador” actuará sobre el “alma” (Ortega)[2]
hasta dar con la forma del “arco” (Heráclito) 
capaz de “movilizar y tensar el ser integral de la persona”[3]
que dentro de ella se “desenvuelve”[4] (Goethe). 
Esta insuflación “maravillosamente vana, diversa y ondulante” (Montaigne) 
que dirigiremos hacia el alma de nuestro paciente la llamaremos 
“Ciencia de las vivencias estéticas”[5] 
y el modelo antropológico 
capaz de insuflar la “forma estampada” (Goethe)[6]
“que ni siquiera conoce el espíritu del hombre que hay en él” (San Agustín) 
necesita, antes de cualquier reflexión, ser comprendido,
porque la persona, además de ser creador y libre, posee, al tiempo, un cuerpo, y esto, obliga a entender las peculiaridades corporales 
es la conceptualización galénica de la forma (Barcia Goyanes) 
porque la persona, además de ser creador y libre, posee, al tiempo, un cuerpo, 
y esto, obliga, a entender las peculiaridades corporales que de hecho lo caracterizan. 
por eso decimos, que la persona solo es comprendida plenamente, 
existiendo a través de su cuerpo (Galeno)[7]



[1] Novalis: “Donde el mundo interior y el mundo exterior se tocan, allí asiente el alma”, usamos la frase del poeta para simbolizar la unión de los valores inconscientes “actitud” y de los valores conscientes “habitud” (citado por: Sarro, R.: “Fisiognómica y Patognómica”, estudio preliminar a El lenguaje del rostro de Fritz Lange. Ed. Miracle, Barcelona, 1942, p.7).

[2] Para Ortega el término “alma” es lo inespacial convertido en “arco” por nosotros

[3] Expresión utilizada por López Quintas para explicar el descubrimiento de la interna riqueza de la experiencia estética. (“Estética” en Gran Enciclopedia Rialp, p. 370), que en nuestro caso, y siguiendo con la metáfora, está formado por el doble anclaje de los extremos del arco, en un extremo los valores innatos , en el otro extremo, los valores adquiridos.

[4] Los valores inconscientes hay que desenvolverlos a través de la acción. Recordemos la frase bíblica: “Por sus frutos los conoceréis”. 

[5] Término recogido por Barcia Salorio, D. (1995): “Mirar el rostro del anciano pintado por un artista”, en Antropología y vejez. Ed. Laboratorios Menarini, Barcelona, p. 36-63. Concebimos la persona como unidad –realidad psicofísica: mental y cerebral, o anímica y corporal, en definitiva psicosomático- en donde anida el Espíritu hecho carne a través de la corporalidad. En esta realidad, la persona esta abocado a la realización de valores y a la trascendencia. 

[6] Goethe, J.W.(1967): Urworte Orphisch. Ed. Wilhelm Kumm Verlag/Offenbach A. M. (Goethe en su vasta obra plantea siempre el problema de la busca de sí mismo y de la realización de la propia vocación. Esta pasión goethiana se concentra y se expresa magistralmente en su conocido poema “Urworte Orphisch” donde en insuperables estrofas nos presenta las fuerzas básicas que determinan la personalidad. En las honduras de nuestra alma –nos dirá- mora la “forma estampada que viviendo se desenvuelve”, es decir, la ley individual con que cada cual aparece en este mundo –los valores inconscientes que anidan en la “actitud”-. Esta ley individual nutre nuestra voluntad convirtiendo “todo querer en un deber”. 

[7] Tomamos prestado de Barcia Goyanes, J.J. (1962): La expresión histórica del concepto de forma. Archivo Español de Morfología, T. XVII, 60-61, 79-123, el siguiente texto de Galeno: “El hombre es el más sabio de todos los animales, y las manos eran los órganos que convenían a un animal sabio... No enseñaron las manos al hombre las artes, sino la razón. Pero las manos son el órgano de las artes, de igual manera que la lira lo es del músico y la tenazas del herrero; pues aunque uno y otro artífice lo sean, como queda dicho, por la razón, ni uno ni otro pudiera actuar según arte faltándole el instrumento; así no puede ejercitar el alma las facultades que tiene según su naturaleza, si no tiene órganos (corporales)”.  



Juan José Regadera, 2004

           


Hasta pronto



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