Heráclito: 1. "El arco y la flecha". Psicoterapia humanística y existencial


 Heráclito: 1. "El arco y la flecha"

Psicoterapia humanística y existencial

        Desde Heráclito de Efeso (540-475 a.n.e.) hasta nuestros días existe en la persona una constante preocupación por estar abierto al mundo en un continuo devenir de vida que se nos propone como una tarea o tema.

        Esta tarea, que es la vida de cada uno, tiene dos rasgos esenciales. Que la tarea hay que hacerla con riesgo, y que no puede ser una tarea cualquiera, sino que tiene que tener un sentido. Y es, en la búsqueda de este sentido donde encontramos las mayores dificultades.

¿Sentido para qué?

        Para que el mundo personal de los valores se engrane con el conjunto del mundo cultural de los valores y forme con ellos un todo armónico (vide: habitud)

¿Armónico para qué?

        Para que mundo personal y mundo cultural puedan convivir y tolerarse [una armonía invisible es más intensa que otra visible (1)]

¿Tolerarse para qué?

       Para que “Los hombres, nos dice Heráclito (2), puedan comprender cómo esto [valores personales y valores culturales –la cursiva es nuestra-], estando separado, puede reunirse consigo mismo: hay una armonía tensa hacia atrás [hacia los valores culturales –la cursiva es nuestra-] como en el arco y la lira”

¿Un arco para qué?

        Para hacer diana en el conjunto de nuestra vida:

La psicoterapia 
se las verá y tratará con el bordón (3),
que sujetándolo fuertemente en ambos extremos (4)
de la varilla de madera 
aprovechara la elasticidad de esta para tensar la cuerda hasta alcanzar la curva (5)
del arco deseada. 
Una vez ajustado,
dispararemos la flecha (6)
con el sosiego (7)
de confiar que daremos en la diana.

Esta diana es “mi vida”,
Esta diana es “mi proyecto”,
Esta diana es “mi vocación”,
que por ser humana,
confiere sentido y significación.

Esta diana es un comprender,
Esta diana es el mundo propio y el de los demás,
Comprender es, pues, fabricar mi propio arco,
Crear mi propia oportunidad,
y darme cuenta del puesto que ocupo
dentro del mundo de los demás.

Comprender es, pues, lanzar mi propia flecha
en la dirección hacia “el Ser”.

Notas a pie de página

(1) Fr. 51, Hipólito, Ref. IX, ), 1. Citado por: Kirk, G.S. y Raven, J.E. (1974): Los filósofos presocráticos. Ed. Gredos, Madrid, p. 273.

(2) Los filósofos presocráticos. op. cit. p. 273.

(3) Bordón: cuerda del arco a lo largo de la cual transcurrirá la terapia: de arriba-abajo y de abajo-arriba, o como dijo Heráclito: “El camino ascendente y descendente es el mismo”(Fr. 60, Hipólito, Ref. IX 10,4 (Los filósofos presocráticos. Op. cit. p.269). En psicoterapia de orientación antropológica, los opuestos (valores conscientes “actitud” e inconscientes “habitud” –culturales-) se encuentran. El centro es el lugar donde la terapia encuentra su fundamento: orden y unidad dentro de la contrariedad. Es el mismo camino en dos posibles direcciones que necesariamente están obligados a encontrarse. 

(4) Valores innatos –inconscientes- (“actitud”) y valores culturales –conscientes- (“habitud”).

(5) Armonía. 

(6) Tomaremos una decisión. 

(7) La calma (vide: Marías, J. (1957). Ataraxía y Alcionismo. Ed. Instituto Ibys. Madrid.


Juan José Regadera, 2004

           


Hasta pronto











Comentarios