Carta de una joven paciente. Enfoque terapéutico. Psicoterapia humanística y existencial


Carta de una joven paciente

Enfoque terapéutico. Psicoterapia humanística y existencial

Carta de una joven paciente que a su llegada a consulta presentaba conflictos de vacío existencial y falta de sentido. En los momentos iniciales de la terapia poner alivio a su angustia se convirtió en tema prioritario, sin embargo, ante su insistencia el psicoterapeuta le repetía una y otra vez: “Escucha lo que te cuento”, “Contempla como me siento” “Abandónate, déjate llevar”. 

Esta carta de fecha noviembre de 1993 representa, a día de hoy, el enfoque psicoterapéutico llevado a cabo en consulta.

“Cuando fui por primera vez a la consulta de Juanjo no podía imaginarme ni remotamente lo que me esperaba. Me percibía a mi misma trastornada, y lo que es peor, muy asustada de verme así. Pero, al mismo tiempo, acudí a él con la inconsciente expectativa de salir de allí cuanto antes, con una solución sencilla y sobre todo útil bajo el brazo, como quien se compra un diccionario de bolsillo con las frases hechas que va a necesitar para sus necesidades más primarias en un país extranjero. Pero, qué va. Con Juanjo no se va de compras. Con Juanjo se elabora el diccionario. Pero claro, yo esto no lo sabía entonces.

Al principio, no entendía lo que estaba haciendo conmigo, ni mucho menos lo que pretendía. El charlaba sobre gente, me conta anécdotas, pero yo, como ciega y sorda, seguía demandando una solución para mi problema. A veces dudaba de que fuéramos bien encaminados, pero algo me hacía seguir. Supongo que ese algo eran ya los primeros efectos de la aparentemente cotidiana e intrascendente charla de Juanjo.

En esta etapa mis ansias de lo inmediato se aplacaron y me fui haciendo más paciente, más humilde y la expresión “si estás mal, te aguantas”, se me fue haciendo menos dura. Pronto me di cuenta de que esto iba para rato y me sentí como un músculo tenso en manos de su masajista, que a base de tratarlo empieza a ceder y a doler menos. Aprendí a saber esperar y a que mi problema,  al fin y al cabo, era bastante vulgar y por lo tanto no iba a salir en los periódicos.

Un día, me di cuenta de que esa gente y esas anécdotas de las que Juanjo me hablaba tenían mucho en común conmigo. Pero mucho más importante que todo eso, ese “conmigo” no era el de ahora. El auténtico “conmigo” llevaba ya varios años olvidado y disfrazado, a través de vivencias, acontecimientos y gente que habían contribuido a borrarlo, como las rayas de los pasos de cebra, que de tanto pasar por encima a veces ya ni se ven. Fue como encontrar después de muchos años aquella caja metálica de Cola-Cao que teníamos de pequeños, abrirla y encontrar aquellos pequeños objetos, todo aquello que apreciabas tanto porque era tu territorio y tu mundo. En un momento dado de mi vida, debí de prescindir de aquella caja, tanto, tanto, que hasta la olvidé.

Pero, ahora, he encontrado aquello tan íntimo que perdí. Lo estoy agarrando fuerte y creo que va a ser muy difícil, si no imposible, perderlo de nuevo. He llegado a olvidar aquella solución que buscaba, simplemente porque no la hay. La solución era yo y eso lo llevo dentro. Personal e intransferible, para bien y  para mal. A veces me siento muy reconfortada estando a solas. Siento que mi interior está sentado en una mesa de camilla, sin ninguna prisa ni objetivo, contento de estar en compañía de si mismo. Esto se lo debo a Juanjo, que con su inteligencia, su profesionalidad y su paciencia, es capaz de traer al presente algo que necesitamos tanto como ignoramos su ausencia.”

Noviembre 1993


Sinopsis del texto

La paciente comunica con su texto algo de sí misma y del psicólogo. Entre líneas llega a preguntarse: ¿Con qué resistencias nos enfrentamos?. El nacimiento de su nueva intimidad conseguida mediante la terapia simboliza el sentimiento de dar un paso hacia delante y de un esfuerzo querido. La “caja metálica de Cola-Cao”, representa la búsqueda de sí misma y su reencuentro. Que se sienta “muy reconfortada estando a solas”. Que sienta que su interior “está sentado en una mesa de camilla, sin ninguna prisa ni objetivo, contento de estar en compañía de si mismo”, no significa que uno se baste a  sí mismo. Tan solo nos indica que si eres fiel a ti mismo, también lo eres para los demás.

Por último, los elogios a su terapeuta son inmerecidos, ya que “el trabajo en el que hallamos placer cura la pena que causa”. Sí destacaré, que la paciente “fue capaz de traer al presente algo que necesitamos tanto como ignoramos su ausencia”, pues “toda persona inteligente lleva dentro una segunda vocación”.

En la vida como en el texto, todos terminamos por preguntarnos: ¿Cómo es la vida?. Para muchos, la vida será un “deshacer por la noche lo que teje durante el día” convirtiendo así la noción de proyecto en un tejer de sueños. Unos pocos, habrán sufrido, poco o mucho, pero no les importará, pues con ello tendrán una mayor conciencia de sí, sin importarles el “Sentimiento trágico de la vida”.  

 

                                Hasta pronto 

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