Habilidades sociales (1ª Etapa): 1. Presentación del Curso. Modelo Conductual


Habilidades sociales (1ª Etapa): 1. Presentación del Curso. 

Modelo Conductual 

El curso de habilidades sociales que iniciamos tiene como objetivo sacar partido de la experiencia que diariamente recogemos a lo largo de nuestra vida. 

Es importante que nos centremos en él, porque no existe problema psicológico, por simple o complejo que éste sea, que no lleve asociado alguna dificultad para relacionarse de forma apropiada con los demás. Somos seres sociales y esto nos condiciona, ya que casi todas las horas que estamos despiertos las pasamos de alguna manera relacionándonos con alguien, por esta razón la satisfacción o no de nuestra vida está determinada, al menos en parte, por la calidad y competencia de nuestras habilidades sociales. 

A lo largo de las sesiones trataremos de dar respuesta a algunas de las situaciones que nos hacen sentirnos mal, como por ejemplo, qué motivos han podido desencadenar una determinada conducta en nosotros, cuál es la influencia que nuestro comportamiento está ejerciendo sobre las personas con las que nos relacionamos habitualmente, o cuáles son los motivos por los que nos resulta difícil comprender a los demás. 

Llegamos a esta situación, principalmente, porque la comunicación la establecemos a través de las palabras y de nuestro cuerpo y el uso de las técnicas implicadas en el proceso de entrenamiento social no es fácil de conseguir. 

Con el programa de trabajo que iniciamos trataré de ayudarte a que adquieras una mayor comprensión de cómo es tu relación con los demás y contigo mismo, a fin de que mejores tus relaciones sociales tanto familiares como laborares y de amistad. 

¿Cómo comenzar? 

Cuando un cliente acude a consulta y nos cuenta lo que le preocupa, tratamos de explicarle las razones por las que se siente mal. 

A veces, conseguimos transmitirle qué es lo que puede estar ocurriéndole, pero no siempre es así ya que, por regla general, existe una dificultad para comprender los motivos que desencadena una determinada conducta, por un lado, y por otro, para interpretar la influencia que dicho comportamiento ejercerá sobre las personas con las que se relaciona habitualmente. Esta situación la conocemos con el término de insight o introspección o ausencia de ellas, según el caso. 

El insight es una palabra que traducida a nuestro idioma significaría algo así como “comprensión súbita”, con esta palabra tratamos de definir el conocimiento que una persona tiene de sí misma o de los demás. 

En ocasiones, cuando la comunicación entre psicólogo y cliente se hace difícil y este cree que no están llegando a nada, le dice a su psicólogo “no sé si me estás entendiendo”, a lo que el psicólogo responde: “no es que no te entienda, lo que ocurre es que nuestra comunicación no es del todo empática”. 

Con esta palabra tratamos de explicarle una dificultad para reproducir en nosotros mismo los sentimientos de lo demás, a fin de comprender a la persona con la que hablamos. 

Solemos llegar a esta situación principalmente porque la comunicación la establecemos a través de las palabras y de nuestro cuerpo, y la técnica de la interpretación no es nada fácil de dominar. Además, es imposible que el psicólogo le muestre a su cliente razones contundentes de lo que trata de explicarle, sobre todo, porque sus afirmaciones se basan en datos personales que no aparecen en ningún manual. 

Cuando el psicólogo se encuentra ante este problema, lo que trata es de ayudar a su cliente a que sea capaz de adquirir una comprensión rápida de cómo es su relación con los demás y con él mismo. El cliente tiene que sentirse “inspirado” a la hora de hacer su interpretación y eso sólo lo conseguirá con la “experiencia”, a través de ella aprenderá, mediante ensayo y error, a aplicar su conocimiento de él mismo y de los demás. 

El curso de habilidades sociales que iniciamos tiene ese fin: sacar partido de la experiencia que diariamente recogemos a lo largo de nuestras vidas. Vamos a centrarnos en el entrenamiento de las habilidades sociales, principalmente porque no existe problema psicológico, por simple o complejo que éste sea, que no lleve asociado dificultad para relacionarse de forma apropiada con los demás. Somos seres sociales y esto condiciona totalmente nuestra vida. Casi todas las horas que estamos despiertos las pasamos de alguna forma relacionándonos con alguien, por esta razón la satisfacción o no de nuestra vida está determinada, al menos en parte, por la calidad y competencia de nuestras habilidades sociales. 

A continuación, paso a exponer el programa de trabajo: 

  • Lo primero que haremos será establecer una base sobre cuáles son vuestras competencias sociales actuales, para ello utilizaremos autoinformes que nos servirán para establecer la calidad de esas conductas a fin de valorarlas antes, durante y después del tratamiento. 

  • Luego os explicaré qué debemos entender por una conducta habilidosa y cuál es la diferencia entre una persona habilidosa y la que no lo es. 

  • Descompondremos la conducta socialmente habilidosa en una serie de componentes específicos a fin de que valoréis los elementos más importantes que la comprenden. 

  • También veremos la relación entre el papel sexual y la habilidad social. 

  • Y, por último, una vez asimilada la teoría aplicaremos distintas técnicas que ya iréis viendo con el fin de desarrollar los ejercicios prácticos que se realizarán en el grupo y fuera de él. 

Os deseo que aprovechéis toda la información posible. Pediros paciencia para aquellas personas que puedan ir más rezagados, recordaros que no todos tenemos el mismo nivel de insight. Por favor, no faltéis a ninguna sesión para que podamos llevar un ritmo de trabajo ordenado, y las actividades de casa cumplirlas fielmente como os indique.



Juan José Regadera. En Murcia 1989

        

                                     Hasta pronto    

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