Odio y resentimiento: ¿Cómo mejorarlo?. Intervención y tratamiento psicológico
Odio y resentimiento: Solución
Intervención y tratamiento psicológico
¿Por qué el odio dificulta la intervención y tratamiento psicológico?
- Todas las personas desarrollamos amor y resentimiento (1)
- El resentimiento es natural, algunos de nosotros podemos repararlo, otros no (2). El amor, por su parte, necesita socializarse.
- Todas las personas desarrollamos sentimientos de inferioridad (3)
- Los puntos 1 y 2 se ejemplifican por la acción de comer la manzana de Adán y Eva, no es necesario recurrir a la psicología evolutiva para su comprensión podemos meditarlo con la lectura del concepto de “Soberbia” (4)
- El tipo de sentimiento de inferioridad, su desarrollo, o resolución dependerá de las circunstancias personales y culturales. Aquí sí necesitamos de la psicología evolutiva y de las lecturas de Alfred Adler en particular su libro: “El carácter neurótico” (5)
- Todas las personas tenemos unos valores innatos personales e inconscientes, independientes de la influencia cultural (lo que hemos definido en otro lugar del blog como “Actitud” –véase: 4ª Parte: “Habitud”-)
- La armonía de los valores ambientales (“Habitud”) con los personales e inconscientes (“Actitud”) será clave para la plenitud personal y el sentimiento de felicidad.
- Todas las personas tenemos personalidad. La personalidad está definida y entrelazada por el temperamento y el carácter (puede ser recomendable, aunque no necesaria para conocerse mejor, realizar la prueba de Cloninger para la Evaluación Psicológica del temperamento y carácter) (6)
- Parte de nuestro temperamento es genético (estaría formado por la “Búsqueda de la novedad”, la “Evitación del daño” y la “Dependencia de la recompensa”), el resto de nuestro temperamento es producto de la interacción con el ambiente.
- Todas las personas tenemos carácter (que está definido por la “Autodirección”, “Cooperación” y “Transcendencia”)
- El carácter marca el destino en interacción directa con el mundo exterior: El destino de una persona es su carácter.
¿Cómo se produce el conflicto?
- Todas las personas aspiramos a desarrollar el valor predominante que llevamos dentro y que hemos definido en otro lugar como “Actitud”, este dependerá del fortalecimiento de nuestro carácter (7)
- El sentimiento de inferioridad no resuelto obstaculiza la ampliación del valor predominante (“Actitud”) y por extensión dificulta el desenvolvimiento del carácter.
- Al no alcanzar el valor predominante (“Actitud”) aparece la frustración.
- Frustración que retroalimenta el odio y el resentimiento.
- El odio y el resentimiento aflora según el temperamento (con conductas activas, pasivas, abiertas o cerradas)
- El odio y el resentimiento trasmutará en:
¿Cuál es la solución al conflicto?
¿Cómo mejorarlo?
- Incrementando el conocimiento del mundo y las personas, que no es poco.
- En el trato con las cosas y las personas, que ya de por sí es difícil.
- Personas “con” y “sin” problemas de salud mental, que sería un acto de generosidad.
- En el cuidado intrapersonal, porque nos va mucho en ello.
- En el encuentro y el cuidado interpersonal a través de la actividad y de la acción:
Conclusión:
Si fuéramos capaces de seguir estas pequeñas sugerencias
sentiríamos menos el cansancio de vivir (9)
Notas a pie de página
(1) Viene bien leer para comprender mejor estos aspectos los trabajos de Marañón a propósito de “Notas sobre el resentimiento”; “Nuevas notas sobre el resentimiento”; “El odio” en sus Obras Completas T. IV, Ed. Espasa-Calpe, 1968, Madrid.
(2) Leemos en las Obras Completas de Gregorio Marañón (T. IV, pp.432, Ed. Espasa-Calpe, 1968, Madrid): “El resentimiento es incurable. Su única medicina sería la generosidad; pero ésta nace al nacer el alma, y se puede fomentar o disminuir, pero no se puede crear en quien no la posee –véase para comprender este aspecto mi trabajo de investigación sobre los valores conscientes e inconscientes. Pueden leerlo en la entrada en este mismo blog: Autoconcepto y ética de la personalidad. 4ª Parte: “Habitud”. Psicología de las diferencias individuales-. Parece a primera vista que como el resentido es siempre un fracasado absoluto o en relación con su ambición el triunfo le debía curar. Y el triunfo, a veces, tranquiliza el resentimiento, como el agua a la sed de los hidrópicos; pero no lo cura. Además, el resentido triunfa del todo rara vez, porque le falta precisamente esa aptitud de comprensión de su categoría y de su suerte, que caracteriza al hombre generoso y humana y plenamente inteligente. Y al triunfo verdadero –no el efímero, que se alcanza por todos los caminos- sólo se llega a fuerza de generosidad.
Es más: el triunfo es para el resentido, si llega a lograrlo, como la consagración solemne de que su resentimiento era justificado. Y entonces la vieja acritud se exacerba increíblemente en su propia justificación. Es ésta otra de las razones de la violencia vengativa de los resentidos cuando alcanzan esa forma ilusoria del triunfo que se llama el poder. Y ésta es también la razón de la enorme trascendencia que esta pasión ha tenido en el transcurso de la historia”.
(3) Para saber más sobre el complejo de inferioridad y su desarrollo y evolución y de cómo Alfred Adler llegó a su conclusión y acuño el término de “Sentimiento de inferioridad”, viene bien leer: “Henry Beyle, antecedente literario de Alfred Adler”, en Revista de Historia de la Psicología, 1994, vol. 15, n.º 3-4, pp. 345-355.
(4) Sobre la “Soberbia”, naturaleza, clases de soberbia y vicios afines, efectos, malicia y remedios, puede leerse el trabajo de Ramón Lisson: “Soberbia”, en Gran Enciclopedia Rialp T. XXI, pp. 476, Ed. Rialp, 1984, Madrid.
(5) Adler, A. (1912). “El carácter neurótico”. Ed. Paidós, B. Aires.
(6) TCI-R. Temperament and Character Inventory-Revised de Cloninger. Ed. Bristol-Myers Squibb y Otsuka Pharmaceuticals
(7) Según el modelo alternativo del DMS-5 para los trastornos de la personalidad (pp. 755, Tabla 2: Escala del nivel de funcionamiento de la personalidad), una persona que obtenga un nivel de deterioro pobre en dos de los siguientes cuatro aspectos (Identidad, Autodirección, Empatía e Intimidad) tendría un Trastorno de la personalidad. Como dijimos más atrás, la autodirección y la empatía (cooperación) son rasgos de carácter no de temperamento.
(8) Nicol, E. (1953): La vocación humana. Ed. Fondo de Cultura Económico, México.
(9) VV. “El cansancio de la vida”, 1975, Ed. Karpos, Madrid.
Juan José Regadera. Murcia, 2020
Hasta pronto
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