Poema de un joven paciente. Enfoque terapéutico. Psicoterapia humanística y existencial

Poema de un joven paciente

Enfoque terapéutico. Psicoterapia humanística y existencial

Introducción al poema escrito por el paciente:

“Ha pensado alguien alguna vez, si todos nos encerráramos en nuestras vidas, nuestras esperanzas, nuestros deseos, sin ver que alguien nos tira de la manga para que nos demos cuenta de que está allí y te necesita. Que necesitáramos quien nos diera seguridad, que fuésemos como niños mayores que no pueden hacer nada por sí mismos.

Tu misión ha sido hacerme ver que hay que salir de ese estado, de nuestro castillo de marfil. Si yo esperaba que en la conversación se trataba de dar vueltas a mis problemas me encontraba que tu ya estabas hablando de los tuyos. Entonces trataba de comprender. Salía de mi ensimismamiento porque sabía que quienes hay en nuestras vidas necesitan de nosotros. En ese momento mi problema se encogía hasta que podía cogerlo en mi puño y guardármelo en el bolsillo sin temor a que no pudiese afrontarlo..."


 Poema

“Encontré una caricia 
para mi alma. Ni promesas, ni proyectos. 
Una sonrisa, a pesar 
De mi gesto de dolor. 

Su mano no quemó 
La mía. 
Pude sentir un calor 
Que atravesó mi hielo. 

Mis ojos se apartaban 
De los suyos. 
Ni ayuda esperaba ya... 
Sólo que recogiera 
Los jirones, 
Por ver si hacíamos juntos 
Algo que no fuera doloroso. 

Por ver si no necesitara 
Un calvario, para 
Merecer un poco de 
Esperanza y luz 

Y aquí estoy, dando 
Luz a los demás. 
Puedo hacerlo ahora. 

Muchas veces pensé que 
Encontré un ángel”.

Noviembre 1993


Sinopsis de la carta y el poema 

El paciente descubre durante el proceso psicoterapéutico que el verdadero sujeto del vivir y del pensar no es “yo”, sino “yo y tu”.

A medida que la terapia avanza “una fuerza poderosa y secreta le asegura que si los otros no existieran no existiría él tampoco”. En este proceso dialogante, de comunicación existencial y de comprensión que es en sí la terapia, su entrega “distante”, se torna en entrega “instante”, para convertirse en entrega “constante”.

Lejos queda su postura “en y para sí mismo” que transforma en “fuera de sí mismo”. En este punto surge la amistad psicoterapéutica. Su interior deja de estar inquieto al comprender la importancia de “ser el otro para uno” y de “ser uno para el otro”. Ambos, terapeuta y paciente, tienen una posibilidad porque tenemos proyecto, tenemos “encuentro con el otro”.

El poema termina con el encuentro con un ángel, el ángel es la posibilidad, ya que solo porque hay proyecto hay posibilidad. La posibilidad es la amistad. “Cualquier otro” se ha convertido en posibilidad. 

 

        

                                Hasta pronto 

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