Poema de un joven paciente. Enfoque terapéutico. Psicoterapia humanística y existencial
Poema de un joven paciente
Enfoque terapéutico. Psicoterapia humanística y existencial
“Ha pensado
alguien alguna vez, si todos nos encerráramos en nuestras vidas, nuestras
esperanzas, nuestros deseos, sin ver que alguien nos tira de la manga para que
nos demos cuenta de que está allí y te necesita. Que necesitáramos quien nos
diera seguridad, que fuésemos como niños mayores que no pueden hacer nada por
sí mismos.
Tu misión ha
sido hacerme ver que hay que salir de ese estado, de nuestro castillo de
marfil. Si yo esperaba que en la conversación se trataba de dar vueltas a mis
problemas me encontraba que tu ya estabas hablando de los tuyos. Entonces
trataba de comprender. Salía de mi ensimismamiento porque sabía que quienes hay
en nuestras vidas necesitan de nosotros. En ese momento mi problema se encogía
hasta que podía cogerlo en mi puño y guardármelo en el bolsillo sin temor a que
no pudiese afrontarlo..."
Poema
“Encontré una caricia
para mi alma. Ni promesas, ni proyectos.
Una sonrisa, a pesar
De mi gesto de dolor.
Su mano no quemó
La mía.
Pude sentir un calor
Que atravesó mi hielo.
Mis ojos se apartaban
De los suyos.
Ni ayuda esperaba ya...
Sólo que recogiera
Los jirones,
Por ver si hacíamos juntos
Algo que no fuera doloroso.
Por ver si no necesitara
Un calvario, para
Merecer un poco de
Esperanza y luz
Y aquí estoy, dando
Luz a los demás.
Puedo hacerlo ahora.
Muchas veces pensé que
Encontré un ángel”.
Sinopsis de la carta y el poema
El paciente descubre durante el proceso psicoterapéutico que el verdadero sujeto del vivir y del pensar no es “yo”, sino “yo y tu”.
A medida que la terapia avanza “una fuerza poderosa y secreta le asegura que si los otros no existieran no existiría él tampoco”. En este proceso dialogante, de comunicación existencial y de comprensión que es en sí la terapia, su entrega “distante”, se torna en entrega “instante”, para convertirse en entrega “constante”.
Lejos queda su postura “en y para sí mismo” que transforma en “fuera de sí mismo”. En este punto surge la amistad psicoterapéutica. Su interior deja de estar inquieto al comprender la importancia de “ser el otro para uno” y de “ser uno para el otro”. Ambos, terapeuta y paciente, tienen una posibilidad porque tenemos proyecto, tenemos “encuentro con el otro”.
El poema termina con el encuentro con un ángel, el ángel es la posibilidad, ya que solo porque hay proyecto hay posibilidad. La posibilidad es la amistad. “Cualquier otro” se ha convertido en posibilidad.
Comentarios
Publicar un comentario
INFORMACIÓN BÁSICA SOBRE PROTECCIÓN DE DATOS
Responsable: JUAN JOSÉ REGADERA MEROÑO
Finalidad: Gestionar y publicar los comentarios
Legitimación: Interés legítimo del Responsable y consentimiento del interesado.
Destinatarios: Se cederán datos por obligación legal, autorización expresa del interesado o para prestar un servicio como se explica en la información adicional.
Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos, como se explica en la información adicional.
Puede consultar la información adicional y detallada sobre Protección de Datos expuesta en nuestra política de privacidad en el siguiente enlace