El psicólogo responde®. Duda solucionada: Número 39
Duda solucionada: Número 39
Pregunta del paciente:
Tengo un problema que no puedo controlar. Cuando conozco a
alguien y me gusta, me empiezo a obsesionar y tengo muchos pensamientos
obsesivos. Empiezo a querer controlarlo todo, a pensar es que no merece la pena
porque no se va a llegar a nada, a mirar a quien sigue, a estar mal por pensar
si hiciese algo con alguna (aunque hayamos quedado muy poco). Todo eso me pasa
al principio y, pero a la otra persona no le digo nada de nada, directamente me
alejo un tiempo. Y me repito a mí misma que esa ansiedad no la causa X persona,
sino que soy yo. Esto me impide disfrutar de la vida, y me doy cuenta que son
pensamientos irracionales, pero no los puedo frenar. Esto me causa ansiedad,
insomnio, y me tomo unas pastillas que supuestamente me ayudan a dejar de
sobrepensar. Es una situación que me sobrepasa, me genera rabia e impotencia
porque no entiendo porque por el simple hecho de que me pueda llamar alguien la
atención me pase todo eso y se cree todo eso en mi cabeza, cosa que me hace
tener que alejarme para frenarlo.
Gracias por compartir con nosotros su preocupación.
He leído las siete respuestas de mis compañeros de Santiago de Compostela,
Badalona, Valencia, Bilbao, Barcelona, Sevilla y Badajoz. Sus reflexiones le
habrán ayudado a conocer mejor qué es la obsesión y cuál es su significado.
Describen –con gran acierto- que la obsesión es un estado de hiperreflexividad,
o bucle ante una situación determinada, esto le habrá ayudado a conocer mejor
qué es la obsesión y cuál es su significado. De aquí que nos diga:
“Es una situación que me sobrepasa, me genera rabia e impotencia porque no
entiendo porque por el simple hecho de que me pueda llamar alguien la atención
me pase todo eso y se cree todo eso en mi cabeza, cosa que me hace tener que
alejarme para frenarlo.”
Por nuestra parte, partiendo del concepto de síntoma como estrategia de
supervivencia. Trataremos de explicarle cómo se producen las obsesiones.
Comenzaremos nuestra reflexión formulando una pregunta:
¿Qué convierte un problema de la vida –por ejemplo, “conocer a alguien que me
gusta”- en un problema psicológico o psiquiátrico?:
Respuesta: la hiperreflexividad.
Cuando la lógica reflexividad (atención, preocupación) requerida por un
problema de la vida –por ejemplo, decidirme a salir o no con alguien que me
gusta- deja de ser clarificadora de los que nos pasa y de servir para alguna
solución y, en lugar, nos mete en un bucle o situación que nos envuelve,
empezamos a tener un problema clínico.
¿Por qué puedo crear un problema clínico por el hecho de que “alguien me
guste”?
Porque “conocer a un chico que le guste” y mostrarse autentica –ser uno
mismo-implica asumir un riesgo.
Cada nuevo encuentro con un chico que le guste es una posibilidad que puede
aceptar o rechazar. La vida hay que hacerla con riesgo y puede equivocarse al
tomar la decisión de aceptarlo o rechazarlo.
Si la situación en la que la vida le coloca, forzándola a elegir no fuese
permanente, la vida le parecería espeluznante. Porque conoce siempre el riesgo
de preferir no ser usted misma, la más auténtica, y en tal caso la decisión de
acercarse al chico equivale –a largo plazo- a un suicidio, a una suplantación.
Entendemos entonces bien, que la decisión de comprometerme con el chico puede
hacerse con zozobra y angustia, temerosamente –con obsesión-. Puede dudar sobre
cuál debe ser su decisión –si avanzar o no en la nueva relación-, puede que no
quiera arriesgarse, pero la vida le empuja, le obliga a decidirse –porque
prefiere la compañía a la soledad-.
Si decide no tomar ninguna decisión, puede no hallar modo de sostenerse sobre el
mar de dudas en que ha caído –la hiperreflexión- y, en efecto, caer hasta el
fondo. El fondo es la desesperación, y para defenderse de esa desesperación y
angustia recurre a distintas técnicas como son los psicofármacos -usted dice:
“Esto me causa ansiedad, insomnio, y me tomo unas pastillas que supuestamente
me ayudan a dejar de sobrepensar”-.
Pero existe un modo positivo de enfrentarse a la angustia, la calma. Debe de
calmarse en medio de la congoja y el apuro cuando al sentirse perdida –por las
dudas- se grite a sí misma ¡calma! No es la “angustia”, sino es “calma” que la
supera y pone en ella orden, donde verdaderamente toma posesión de su vida y,
en efecto, sentir que controla su vida.
Decidirse –acercarse o alejarse del chico-, no significa, por lo tanto tomar
una decisión cualquiera, simplemente actuar. Quiere decir, que debe realizar
una acción concreta y personal –comprometerse con el paso que se dé y asumir la
responsabilidad del éxito o fracaso-.
Desde esta perspectiva antropológica y existencial, es fácil comprender por qué
un problema de la vida termina convirtiéndose en un problema clínico –en este
caso obsesivo-.
¿Qué camino debo seguir?
Debe pues elegir una postura concreta –aceptarlo o rechazarlo-. Hay en la
persona la ineludible impresión de que su vida es algo que tiene que ser
elegido, y esto que nos vemos obligados a elegir, no es otra cosa que la
carrera de nuestra existencia.
Pero no siempre es fácil esta elección porque al temor de la decisión se une el
temor a la soledad. Por lo tanto, el planteamiento de nuestra vida debemos
contemplarlo como un desarrollo personal que va forjándose mediante elecciones,
elegir no hacer nada, aferrarnos a la hiperreflexividad, es lo opuesto a la
salud mental.
Espero y deseo que mi reflexión haya podido ayudarla.
Para leer las respuestas de otros profesionales de la psicología a la pregunta n.º 39 puede acudir al siguiente enlace de doctoralia.es:
Un saludo,
Es sorprendente como ha logrado usted resumir la ansiedad que nos produce la incertidumbre de vivir y como nos ha proporcionado una solución a priori sencilla pero seguro que para la mayoría no será tan fácil de afrontar. Gracias me ha sido de gran ayuda.
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