El psicólogo responde®. Duda solucionada: Número 98
Duda solucionada: Número 98
Pregunta del paciente:
Hola,
Necesito que un psicólogo o psiquiatra me ayude. Llevo tres años saliendo con
un hombre 17 años mayor que yo con una hija (le conocí en el trabajo anterior).
Desde que empecé con él he tenido muchas dudas. Sobre todo, por su edad, su ex
familia etc. Es la persona más buena que he encontrado en mi vida, me cuida, me
ayuda en todo lo que necesito, está pendiente de mí, es súper generoso conmigo,
es adorable.
Yo le llevo machacando psicológicamente toda la relación a
base de reproches sobre su edad, su hija, el futuro que nos espera juntos. En
dos ocasiones me dejó por un tiempo fruto de mis malos comentarios y dudas
constantes. En la última ruptura, él volvió le dije que yo no lo tenía claro,
pero siento que luego me vuelve a envolver con su ternura, su nobleza. Me lleva
a planes guay, a viajes y disfruto mucho con él. Me lo paso muy bien con él.
Desde hace tres meses estamos todo el día juntos, duerme
cada día en mi casa y siempre estamos planeando cosas juntos. Yo estoy contenta
con él, pero siento que siguen estando ahí las dudas (es como un negativismo
absoluto que tengo en mi cabeza). A menudo, sobre todo después de un viaje
juntos, pienso en acabar con él.
Tengo 29 años ganas de casarme y de tener hijos y él lo está
deseando. Pero las dudas me invaden. Como estamos prácticamente siempre juntos,
las suelo tener cuando él se va con su hija o cuando estoy durmiendo. Estoy a
su lado en la cama y no consigo dormir, lloro y le vuelvo a decir que tengo dudas,
pero al día siguiente me tranquiliza y me plantea vernos para comer o cenar y
acepto porque me apetece.
No sé qué hacer con él. Por un lado, le quiero muchísimo y
sé que no hay otro hombre más increíble y bueno en el mundo, pero por otro lado
sigo teniendo tantas dudas que no me dejan disfrutar. No soy feliz al cien por
cien. Cuando estuve esos tres meses sola (segunda vez que me dejó) estuve bien,
conocí a gente y ahora no sé cómo dejar de verle. No sé qué me pasa y tengo
ganas de llorar.
Un saludo.
Buenos
días,
Hemos leído las aportaciones de nuestros cinco compañeros y quisiéramos
complementar sus datos con una reflexión filosófica de orientación
antropológica y personalista basada en el Modelo contextual de psicoterapia por
si pudiese ayudar en la decisión que debe tomar.
Nos apoyaremos en las ideas de dos grandes intelectuales españoles. Pedro Laín
Entralgo y José Ortega y Gasset, extraídas –respectivamente- de sus trabajos:
“Salud y Perfección en el Hombre” y “Estética en el tranvía”.
Hemos osado a formular un preámbulo y una pregunta, en la confianza de que se ajuste
a su demanda planteada:
“Tengo 29 años… y necesito ayuda… Llevo tres años saliendo con un hombre 17
años mayor que yo, y,… no soy feliz al cien por cien…No sé que me pasa y tengo
ganas de llorar”
Pregunta: ¿Por qué tengo dudas sobre él?
Respuesta: Porque en su interior salud y perfección no se aproximan hasta casi
identificarse (usted dice: “No soy feliz al cien por cien”)
Para ambos autores, hay casi identidad entre la “salud y la perfección” de la
persona, porque estar sano es hacer lo que se debe hacer (salud y perfección se
aproximan hasta casi identificarse).
Ortega propuso que uno de los orígenes del sufrimiento de las personas es
precisamente no saber encontrar el verdadero sí mismo. La coincidencia de la
vida con el proyecto personal produce una línea de existencia feliz o
relativamente feliz. Cuando la vida es ampliamente inauténtica, la persona se
dilacera, se escinde en dos: el que tenía que ser y el que resulta siendo. La
dislocación se manifiesta en forma de dolor, de angustia, de enojo, de mal
humor, de vacío.
Pero además, la realización de la vida auténtica, hacer lo que uno debe hacer,
llegar a ser lo que uno debe ser, es no solo saludable, sino que lleva a la
perfección humana, es la perfección humana si se llega a realizar plenamente.
En cierta ocasión se pregunta Ortega por ¿qué es la belleza? ¿Cómo descubrimos
la belleza en el rostro? ¿Por qué digo de un rostro que es bello?
Adivinamos que, entre el rostro bello del que no lo es, hay una sola
diferencia. El rostro bello realiza precisamente su ideal, es lo que debe ser,
mientras que en el que no es bello hay una escisión entre la realidad concreta
y su ideal. El rostro individual es a la vez proyecto de sí mismo y su
realización (de su ideal) más o menos completo.
Hay pues identidad, en las tesis de Ortega, sobre lo que es la belleza y lo que
debe ser la vida. En ambos casos hay perfección cuando se cumple la ley. Si en
vez de referirnos al rostro, nos referimos al interior, podemos hablar de un
“interior bello” cuando realiza lo que debe hacer. Salud y perfección son pues
conceptos casi idénticos.
Ayudar a la persona a encontrar su belleza interior, un peculiar modo de
pedagogía, es la finalidad de la psicoterapia, si aplicamos fielmente la tesis
de Ortega. Lo que hacía daño en la vida de la persona que sufre puede ir
trabajosamente restaurándose hasta llegar a una forma personal sana y bella.
Espero y deseo, que estas reflexiones basadas en las tesis de Ortega y Laín
puedan facilitar la toma de decisión.
Para leer las respuestas de otros profesionales de la psicología a la pregunta n.º 98 puede acudir al siguiente enlace de doctoralia.es:
Un saludo,
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