¿Cómo enfrentarme a la vivencia de la angustia?. El psicólogo responde®. Duda solucionada: Número 135

 

Duda solucionada: Número 135

Pregunta del paciente:

Hola,

Vivo angustiada. Hay veces que me encuentro bien y otras en cambio muy perdida. Trabajo, relaciones, cambio de aire…? Necesito cambiar algo….

Tengo una pareja, una relación más sana y más bonita imposible y me la estoy cargando por mis inseguridades anteriores, miedos y tonterías … los cuales pensaba que ya estaban superados.

No quiero perderla, es lo más importante que tengo ahora mismo.

Un saludo.

Respuesta:


Hola,

Su pregunta:

¿Cómo enfrentarme a la vivencia de la angustia?

Respuesta:

Manteniendo la calma

Discusión:

Cuatro son las preocupaciones esenciales que todos presentamos: la muerte, la libertad, el aislamiento y la carencia de un sentido vital. El enfrentamiento de la persona con cada uno de estos hechos constituye el contenido de un conflicto dinámico existencial que denominamos “angustia” convirtiéndose en el combustible de la psicopatología (ansiedad generalizada, depresión persistente, síntomas somáticos, consumo de drogas, consumo de alcohol, conducta alimentaria, espectro bipolar, espectro esquizofrénico, depresión mayor, delirios, estrés postraumático, etc.)

Cada una de estas cuatro preocupaciones esenciales y los temores y motivaciones inconscientes generados por cada una de ellas pueden derivar en mecanismos de defensa que constituyen la psicopatología. Para defenderse de esa desesperación y angustia recurre la persona a distintas técnicas que están socialmente aceptadas –como el alcohol y la droga, por ejemplo- y en buena medida a los famosos tranquilizantes, unas sustancias hace unos años llamadas más propiamente atarácticos.

Porque a ese estado de ataraxia es al que pretende llegar la persona angustiada. Aunque el termino ataraxia tenga varias acepciones, de hecho lo que se pretende es no dejarse afectar por los problemas de la vida y por el hecho mismo de vivir.

Pero existe un modo positivo de enfrentarse a la angustia, la calma. La calma, que nosotros mismos briosamente creamos en medio de la congoja y el apuro cuando al sentirnos perdido gritamos a sí mismo o a los demás ¡calma! No es la angustia, sino la calma que la supera y pone en ella orden, donde la persona puede verdaderamente tomar posesión de su vida y, en efecto, existir: en ella propiamente nos humanizamos.

Tenemos que ver la calma, como una conquista positiva.

Argumentación:

Su texto contiene un interrogante y varias repeticiones de puntos suspensivos.

Leemos lo siguiente:

“¿Trabajo, relaciones, cambio de aire…?

Y añade:

“Necesito cambiar algo…”

A continuación nos dice:

“Tengo una pareja, una relación más sana y más bonita imposible y me la estoy cargando por mis inseguridades anteriores, miedos y tonterías…”

Por lo tanto, ante esta inevitable situación vital que describe alguna decisión debe tomar. Por otro lado, decidirse, no significa tomar una decisión cualquiera, simplemente actuar. He aquí, que nos surge una pregunta esencial que tenemos la osadía de formular por usted:

¿Qué camino debo seguir?

Pero no siempre es fácil esta elección ya que la decisión puede estar afectada por uno de los cuatro existenciales básicos antes citados.

Hipótesis de trabajo:

¿De los cuatro esenciales cuál podría estar en la base de su angustia?

Elegimos para nuestra hipótesis el temor a la soledad y la posible ceguera para la realización de valores personales o quizás, mejor sería decir, la ceguera para el descubrimiento de los valores que están ahí delante de usted, pero que no sabe o no puede ver.

Ejemplo:

La confrontación del paciente con el aislamiento y la carencia de sentido que impide el desarrollo personal.

Si una persona tiene un suficiente sentido de su identidad, de la pertenencia a las cosas y de una mismidad integral, entonces se encuentra segura y es capaz de conducir su vida, de lo contrario experimenta lo que se considera “inseguridad ontológica”. En esta situación surgen las eternas preguntas en relación a la existencia: ¿para qué?, ¿por qué?, ¿quién soy?, ¿qué tengo que hacer en la vida? y ello a pesar del posible éxito social o profesional.

Desde la perspectiva de nuestra experiencia con jóvenes con problemas, hemos observado que las personas procedentes de familias cuyos miembros sean capaces de proporcionarse recíprocamente amor y respeto, se muestran capaces, con relativa facilidad, de ausentarse del seno familiar y tolerar la separación y soledad de la juventud. ¿Qué sucede con aquéllos que crecen en familias atormentadas y conflictivas? Lo lógico sería pensar que dieran saltos de felicidad ante la perspectiva de abandonar semejante familia. Pero sucede exactamente lo contrario: cuanto más trastornada está la familia, más difícil es la partida de los hijos. En efecto, éstos, al carecer de preparación para afrontar la separación, se aferran a la familia para hallar refugio frente a la angustia del aislamiento.

Conclusión:

Comienza su duda planteada con:

“Hola, vivo angustiada”.

Este inicio podemos considerarlo como un drama. La vida, en sentido estricto, podemos concebirla así, pero un drama con tensiones y fuerzas contradictorias, por lo que uno puede no encontrar el “sentido”. Ayudar a encontrar el sentido de su vida, he ahí la finalidad de la Psicoterapia porque donde gobiernan fuerzas primitivas, ninguna forma puede estructurarse.

Para leer las respuestas de otros profesionales de la psicología a la pregunta n.º 135 puede acudir al siguiente enlace de doctoralia.es:

https://www.doctoralia.es/preguntas-respuestas/hola-vivo-angustiada-hay-veces-que-me-encuentro-bien-y-otras-en-cambio-muy-perdida-trabajo-relac

Reciba un cordial saludo,



Juan José Regadera, Murcia.

        

                             Hasta pronto

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