¿Puedo encontrar un psicólogo que no me haga sentirme culpable de cómo soy?. El psicólogo responde®. Duda solucionada: Número 149


Duda solucionada: Número 149

Pregunta del paciente:

Hola,

Tengo mucha ansiedad social. Estoy buscando psicólogo de Adeslas online, porque igual no hay en Zaragoza. (tengo volante hecho por psiquiatra) Intento exponerme a las situaciones que me dan miedo, pero, siento que les caigo mal a la gente, me siento inútil, la cabeza se me vacía de ideas que decir, y cuando digo algo, lo digo, pero me cuesta, y con sensación de dolor en el pecho. Sobre todo, en grupos me doy cuenta de que casi no consigo aportar, que otros hablan más y me comparo. Estar con gente me quita la energía y tampoco es algo que yo disfrute. He llegado a pensar que no estoy hecha para este mundo en sociedad. Además, también tengo dificultades para enamorarme y tener buena intimidad y romanticismo, y para aceptarme a mí misma, Sobre todo quiero un psicólogo que no me haga sentirme culpable con como soy.

Gracias :))


Respuesta:


Hola,

Las recomendaciones de mis compañeros son acertadas y muy adecuadas para la duda planteada. Por nuestra parte añadiremos un elemento que consideramos puede ser de su interés.

Iniciamos nuestra disertación con una pregunta que hemos osado plantear extraída de su relato.

Pregunta:

¿Puedo encontrar un psicólogo que no me haga sentirme culpable de cómo soy?

Respuesta:

Sí.

Discusión

En cierta ocasión se pregunta Ortega y Gasset por ¿qué es la belleza? ¿cómo descubrimos la belleza en el rostro? ¿cuál es la ley que encuentro? ¿por qué digo de un rostro que es bello?

Entre el rostro bello del que no lo es, hay una sola diferencia. El rostro bello realiza precisamente su ideal, es lo que debe ser, mientras que en el que no es bello hay una escisión entre la realidad concreta y su ideal. El rostro individual es a la vez proyecto de sí mismo y su realización (de su ideal) más o menos completo.

En la tesis de Ortega, hay pues identidad sobre lo que es la belleza y lo que debe ser la vida. En ambos casos hay perfección cuando se cumple la condición de ser y mostrarse auténtico. Si en vez de referirnos al rostro, nos referimos al interior, podemos hablar de un “interior bello” cuando la persona realiza lo que debe hacer. Salud y perfección son pues conceptos casi idénticos.

Ayudarle a encontrar su belleza interior, un peculiar modo de pedagogía, es la finalidad de la psicoterapia, si aplicamos fielmente las tesis de Ortega. Lo que era deforme en su vida –usted nos dice: “siento que les caigo mal a la gente; He llegado a pensar que no estoy hecha para este mundo en sociedad. Además también tengo dificultades para enamorarme y tener buena intimidad y romanticismo, y para aceptarme a mí misma”- puede ir trabajosamente restaurándose hasta llegar a un aspecto personal sano y bello, lo que era imposible antes de la psicoterapia.

Ortega a lo largo de su dilatada obra propuso que uno de los orígenes del sufrimiento de la persona es precisamente no saber encontrar el verdadero “sí mismo”. La coincidencia de la vida con el proyecto personal –esto es: ser auténtico”- produce una línea de existencia feliz o relativamente feliz. Cuando la vida personal es ampliamente inauténtica, la persona se dilacera, se escinde en dos: el que tenía que ser y el que resulta siendo. La dislocación se manifiesta en forma de dolor, de angustia, de enojo, de mal humor, de vacío –en definitiva: ansiedad social-.

Pero además, la realización de la vida auténtica, hacer lo que uno debe hacer, llegar a ser lo que uno debe ser, es no solo saludable, sino que lleva a la perfección humana, es la perfección personal si se llega a realizar plenamente.

Conclusión

Su problema de ansiedad social, aplicando las tesis de Ortega sobre la vida, aparece como un fracaso frente a su vida. Algo así como vivir una herejía existencial, un escapar del desarrollo auténtico y la psicoterapia un esfuerzo para que usted pueda reconocer cuál es su ineludible vocación y pueda en lo posible aproximarse al máximo a lo que debería ser su proyecto vital.

En definitiva, vivimos no para estar sanos, sino que estamos sanos y queremos estarlo para realizar nuestra vida, la tarea de nuestra vida. Lo que podemos expresar con las siguientes palabras: la persona no vive, sino que conduce su vida, la cual le es propuesta como un tema o tarea, y la ansiedad social que experimenta es, precisamente, ese acontecimiento patológico que le impide el desarrollo de ese tema; lo que se interpone al para qué de su vida.

Por lo tanto, estar sano es hacer lo que se debe hacer, de aquí que terminemos nuestra reflexión con la siguiente pregunta para usted:

¿Para qué quiere resolver su ansiedad social?

Espero y deseo haber sido de ayuda.

Para leer las respuestas de otros profesionales de la psicología a la pregunta n.º 149 puede acudir al siguiente enlace de doctoralia.es:

https://www.doctoralia.es/preguntas-respuestas/tengo-mucha-ansiedad-social-estoy-buscando-psicologo-de-adeslas-online-porque-igual-no-hay-en-zara

Reciba un cordial saludo,



Juan José Regadera, Murcia.

        

      Hasta pronto

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