¿Por qué tengo miedo a todo? ¿Por qué mi mente se bloquea? El psicólogo responde®. Duda solucionada: Número 162
Duda solucionada: Número 162
Pregunta del paciente:
Hola,
Yo tengo miedo a todo y me despierto muy nerviosa y confusa
y no doy pie con bolas en hacer las cosas diarias escomo si mi mente se
bloqueara.
Un saludo.
Hola,
Queremos complementar los datos aportados por mis 5 compañeros desde el punto
de vista de la analítica existencial y la teoría de la evolución y
psicopatología. Osamos en transformar su comentario en dos preguntas:
Pregunta 1:
¿Por qué tengo miedo a todo?
Pregunta 2:
¿Por qué mi mente se bloquea?
Respuesta 1:
Para comprender el miedo es necesario asumir que las conductas de alarma –como
la que usted presenta- son aspectos esenciales de todos los organismos que
tienen capacidad de movimiento, no sólo de los humanos.
Respuesta 2:
Porque el entorno sufre variaciones (la propia persona, las personas que nos
rodean, el trabajo, la vida en familia, la vida en matrimonio, el dolor y la
enfermedad, la muerte de seres queridos y próximos) y necesitamos tener la
capacidad de ofrecer respuestas motoras adaptadas a dicho entorno –usted nos
dice: “no doy pie con bola en hacer las cosas diarias-, y el cerebro existe porque
existen variaciones en nuestro ambiente. En un ambiente totalmente estático el
cerebro no tendría sentido, y es su cerebro el que responde a la variedad de
estímulos recibidos sean estos concretos o ambiguos.
Argumentación
Ante un estímulo ambiguo, por ejemplo, su proyecto de vida, el ser humano –no
cualquier organismo vivo- tiene tres posibilidades de conducta:
a) Acercarse porque adivine que puede tratarse de una fuente de placer,
satisfacción, competición (posible ganancia económica, estatus social, imagen
social, etc.).
b) Alejarse porque se identifique como una señal de amenaza inminente (p.ej.
temer fracasar en el proyecto elegido –en su caso: “despertarse nerviosa,
confusa y no dar pie con bola”-)
c) Quedarse inmóvil y esperar que la ambigüedad desaparezca (en su caso:
“quedarse bloqueada”).
La segunda respuesta implica que usted tiene un sistema de alarma que avisa de
los peligros. Por supuesto que el ajuste de la sensibilidad del sistema de
alarma es clave en su supervivencia. También es claro que el ajuste idóneo
depende del grado de peligrosidad del entorno en el que se encuentre. A mayor
peligrosidad es necesario un sistema más sensible que identifique todos los
potenciales peligros, a menor peligrosidad es mas adecuado un sistema menos
sensible, ya que una persona que presentara conductas de alarma ante cualquier
estímulo tendría muchas dificultades para sacar adelante su vida –por ejemplo,
“las tareas diarias” como le sucede a usted ahora-.
La estructura cerebral en la que se asientan los sistemas de alarma es bien
conocida, y las conductas identificadas como conductas de miedo son también las
más fáciles de homologar desde la teoría de la evolución hasta la analítica
existencial(angustia vital, angustia mundana, desesperación, tristeza, el
dolor, la soledad, el sentido de la vida –por citar algunas-).
Es obvio que ninguna cultura se ve libre de la conducta de miedo y sabemos que
la expresión de miedo en el ser humano es reconocible por cualquier otro
miembro de nuestra especie. Pero lo más interesante es que, pese a los
diferentes entornos que habita hoy el ser humano y, sobre todo, pese a las
grandes modificaciones que hemos realizado de dicho entorno, los miedos más
comunes son los mismos independientemente de la cultura.
Elaboraremos una lista de los miedos más frecuentes (subtipos de fobias y
explicación evolucionista según los problemas adaptativos con los que están
relacionados):
- Miedo a las serpientes: Evitar picaduras venenosa
- Miedo a las arañas: Evitar picadura venenosa
- Miedo a las alturas: Evitar caídas
- Pánico: Respuesta de alarma ante peligro general
- Agorafobia: Evitar lugares donde no hay refugio o escape
- Miedo de separación: Búsqueda de la protección de los padres
- Miedo a los extraños: Evitar daño de desconocidos
- Miedo a la sangre: Evitar depredadores
Si se fija en la lista verá cómo las fobias más frecuentes del Homo sapiens en
la actualidad siguen siendo peligros potenciales de la Naturaleza, de los animales
o de otros seres humanos. Peligros que, a excepción del miedo a otros seres
humanos, prácticamente no existen en la sociedad moderna actual, pero que eran
peligros muy frecuentes en el momento del origen de nuestra especie.
Hay bastantes evidencias de que al menos en lo que a la respuesta de miedo se
refiere, nuestro cerebro está precondicionado genéticamente a reaccionar con
alarma ante los mismos estímulos que lo hacía hace 100.000 años. No pretendo
sugerir que las fuentes de alarma no cambien con el tiempo o la cultura. De
hecho, es muy importante recordar que una de nuestras características más
llamativas como especie es nuestra capacidad lingüística y, en términos más
generales, nuestra enorme predisposición a emocionarnos con elementos simbólicos
(palabras, música, dibujos). Esta excepcional tendencia a la “emoción
simbólica” (que según el registro arqueológico apareció hace tan solo 50.000 o
30.000 años) facilita nuestra capacidad de comunicación y la transmisión
cultural, pero nos hace también mucho más vulnerables a experimentar ansiedad
por falsas señales de alarma –como es el caso por el que usted consulta-.
Esta posibilidad de falsas alarmas simbólicas se ha visto multiplicada desde la
aparición de los medios de comunicación y su universalización. Por otro lado,
no hay que olvidar que la capacidad simbólica ha sido también el origen del
desarrollo de muchas técnicas psicoterapéuticas –como las que sugieren mis
compañeros en sus respuestas a su duda-. Dichas técnicas confían y se basan en
la posibilidad de reorientar nuestras emociones gracias al poder tranquilizador
de la palabra.
Discusión
Entendemos que “vivir” es algo, que en el momento presente, lleva a cabo con
zozobra y angustia, temerosamente. Tomar conciencia de las responsabilidades
diarias le hace cobarde porque puede equivocarse al tomar las decisiones
adecuadas para cumplir con sus obligaciones.
La vida le empuja, le obliga a decidir y a asumir la responsabilidad de “sus
tareas diarias”, por lo que el miedo va “hundiéndola desesperadamente en un círculo
diabólico”. Usted, puede no hallar modo de sostenerse sobre el mar de dudas en
que ha caído y, en efecto, ha caído hasta el fondo. El fondo es su
desesperación, y para defenderse de esta desesperación y angustia recurre a
nosotros (los especialistas de Doctoralia). No sabemos si está tomando
sustancias, como por ejemplo, tranquilizantes o antidepresivos, unas sustancias
que le ayudan a no dejarse afectar por los problemas del día a día y por el
hecho mismo de “despertarse por la mañana” –según nos dice-.
Pero existe un modo positivo de enfrentarse con el miedo, la calma, la calma
que usted misma briosamente se crea en medio de la congoja y el apuro cuando al
“sentirse bloqueada”-como dice-, se grite a sí misma ¡calma¡, ¡calma¡ -recuerde
lo dicho en el apartado argumentación: Dichas técnicas –las psicológicas-
confían y se basan en la posibilidad de reorientar nuestras emociones gracias
al poder tranquilizador de la palabra-. No es el “miedo”, sino esa “calma” que
supera al miedo y pone en él orden, donde usted puede verdaderamente tomar
posesión de su vida y, en efecto, “existir”: es en la calma donde propiamente
se humaniza y conquista su vida –algo ya que el Homo sapiens supo anticipar en
las cuevas cuando dibujó (de forma simbólica) sobre la roca el miedo que sentía
y la calma que necesitaría para conseguir el alimento que necesitaba-.
Conclusión
Al levantarse por la mañana, usted debe dirigirse a la realización de las cosas
que valora (amigos, familia, pareja, estudios, trabajo, etc.) a cada una de
ellas debe saber encontrar un valor.
Su vida es en realidad un conjunto de “instantes”, momentos en que la vida se
llena y coge en si misma en las tres dimensiones del tiempo. Debe encontrar esa
unidad en el instante vivido y llenarlo de sentido, sin esperar a un incierto
mañana, siempre manteniendo la calma.
Espero y deseo haber sido de ayuda,
Para leer las respuestas de otros profesionales de la psicología a la pregunta n.º 162 puede acudir al siguiente enlace de doctoralia.es:
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